Lunes, 26 de diciembre de 2011

Un día llegó el 2 de diciembre, era la fecha del vuelo a Buenos Aires, para luego partir a Rosario.

Fué raro, planeé todo de un momento a otro, donde iba a estudiar, el lugar donde quedarme, todo. Lo único que no planeé era dejarte atrás.

Cambiar de vida de un día para otro es complicado, más en diciembre, época navideña y de año nuevo. Siempre me predispone de una mala forma, pero este año fue especial por lo mismo.

Estoy en Rosario, Santa Fé y agradezco haber conocido al hermoso grupo de personas que me acompaña acá, pero lamentablemente, más allá del esfuerzo que ponen por hacerme sentir bien, no es lo mismo.

Tengo ganas de renunciar, y volver, aunque sé que sería volver a lo mismo.

No quiero olvidarme de nada y tengo miedo de olvidar. Pasa el tiempo y voy recordando momentos, situaciones, sin ningún fin, solo tener todo en mi cabeza.

2:49 a.m, y sigo pensando en vos, y es en vano. A ver dejado todo atrás me duele, pero más me lastima haberte dejado a vos, por que tenia proyectos, y por sobre todo, en silencio, me imagine una vida con vos. Es una idiotez, lo sé, y sé que te da miedo que sea así, pero es lo que soy y así seguiré siendo.

Amarte me duele, pero todo es culpa mía, siempre creí que el amor es lo más fuerte, la razón de todo, pero ahora siento que es diferente, el amor no puede quitarte el miedo a vivir, el amor no puede traerte conmigo. Así y todo, sigo pensando en que un día volveremos a estar juntos, y te llenaré de "perdones", y me gustaría que todo el esfuerzo que estoy haciendo al estar acá, haya tenidos sus frutos poder vivir tranquilos, los dos; pero sé que es imposible, sé que te vas a olvidar de mi, y así tiene que ser, tu vida sigue, fué decisión mía y no podes hacer nada. Seguí, seguí tu vida, mientras en secreto, yo te sigo amando.

Paradoja nocturna.

Hoy me di cuenta de muchas cosas, va; lo de hoy fué una conclusión a causa de varias semanas pensando, viviendo situaciones particulares, todo.

A veces te das cuenta de lo que podés perder y te pones a verte la vida sin "eso" que, valga la redundancia, perderías y no, no pude imaginarmelo.

Soy distante. Soy, digamos; "selectivo", o quizás cobarde.

No tendré un millón de amigos, no tendré un millón de personas para los que signifique "algo" en su vida, por eso será que tengo miedo de acercarme tanto a ese poco de gente que día a día me demuestra que no son todos iguales.

Si, soy cobarde. Tengo miedo de sentirme abandonado, tengo miedo de sentir que soy la nada misma. Tengo miedo...

Es ese mismo miedo el que, inevitablemente; hace que me aleje de las personas, por que prefiero hacer que se alejen con motivos para que no puedan lastimarme. Si, soy cobarde.

Soy cobarde al autosabotearme, soy cobarde al hacer que se alejen con motivos; por que el hecho de que suceda lo mismo pero sin razón aparente, me lastima más.

Sé que no debería estar pensando esto, que debería disfrutar más de cada uno de ellos, pero se me hace imposible sacarme de la mente el "no, te van a terminar lastimando... alejate" y freno.

Necesito de la gente más de lo que debería y por eso mismo me alejo, que paradójico, ¿no?.

Jueves, 28 de abril de 2011

Siempre fuí el que termina mal, el que vive de recuerdos; como si eso pudiera mantenerme vivo, como si fuese el mismo aire que necesito para vivir.

Siempre fuí el que termino mal, por que las cosas me afectan más de lo que debería, por que QUIERO más de lo que debería, por que AMO más de lo que debería, por que EXTRAÑO más de lo que debería.

No me quejo por simple necesidad, sino que das tanto, le das tu alma y tu corazón a la gente; y te das cuenta que no hay retribución alguna. No es que deba haberla, pero siento que no soy valorado como (creo yo) merecer; por que no creo ser mal tipo, pero en materia de relaciones

entre seres humanos, soy el boludo que SIEMPRE sale lastimado y me cansé.

Me cansé de ser el pelotudo que espera un TE QUIERO, me cansé de ser ese pelotudo que espera con ansias ser amado de la forma que cualquiera lo merece; por que me cansé de esperar, de confusiones, de esperanzas, de vivir; me cansé.

M-e C-a-n-s-é

Me miró. Tenía los ojos brillosos y tristes, era inevitable sentir su pena.

- ¿Cuál es el secreto de la vida, del vivir en sí? - me preguntó y acto seguido soltó una lagrima.

Sequé sus lagrimas, le tomé las manos y mirándolo a los ojos le dije - Resistir, el secreto está en resistir.-

A veces somos inmensidad, otras solo insignificancia.

Es por eso que, si muriese hoy,

nadie se daría cuenta de mi falta en el mundo...

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Miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Hasta cuando?. Me pasó hace unos días y creí que era solo por un momento, pero siguen pasando los días y es inevitable que tu recuerdo no juegue a la 2da guerra mundial conmigo.

Perdí. Podes retirarte victorioso, llevándote con vos ésta alma que ignora el motivo de su existencia, por que sin eso; es solo un alma vacía.

Es imposible buscar respuestas a lo que me pasa.

A veces creo que vos pensas en mi en el mismo momento en que yo pienso en vos y que, de alguna forma, me extrañas como yo, pero no; me engaño a mi mismo.

Estoy cansado, cansado de mi mismo y de vivir atado a un pasado que jamás volverá, y que; al parecer, mi inconsciente no quiere aceptar. Sería más fácil si te fueras, dejándome vacio la cabeza, para nuevo recuerdos, dejándome el corazón sin sentimientos, transformar todo.

Perdí, lo siento; pero perdí.

No te conozco,

o quizás no te reconozco,

por que ni siquiera yo mismo sé quien soy.

Domingo, 20 de febrero de 2011

Hay cosas, hay situaciones, sentimientos para los que siento no estar preparado.

El desconocer como actuar ante algunas de éstas, me paraliza y me confunde;

lo que me hace imposible no caer en la negación.

Nunca supe mentir, me es imposible hacerlo;

pero cuando se trata de mi mismo, soy el mejor de los falaces.

Foto por Pamela Ochoa

Jueves, 27 de enero de 2011

Hoy salí de mi trabajo y venía caminando por un camino rodeado de tréboles. En eso, mirando al piso veo uno de 4 hojas:

-"Qué buena suerte!", pensé.

Y cuando me agache para recogerla, pensé en lo paradójico de la situación: un trébol de 4 hojas me daría buena suerte, pero solo si lo arrancaba lo que, definitivamente, no le daría buena suerte a él.

Lo miré, lo pensé y le dije como si estuviera escuchándome:

-"Te regalo mi buena suerte, la necesitas más".

Acto seguido, sin arrancarla; la escondí detrás de otros tréboles de 3 hojas. Extrañamente me sentí muy afortunado.

Intentaste mirarme a los ojos y casi susurrando me preguntaste:

"¿cuál es la diferencia entre vos y yo?"

.

Levanté la mirada con mis ojos vidriosos y entre sollozos te dije:

-

"yo tengo corazón, ¿vos?".

Y el silencio se apoderó de nosotros...

Lunes, 24 de enero de 2011

A veces solo queda callarse, guardar lo que uno siente para sí mismo y poner la

mejor sonrisa que podamos fingir.

Es eso o admitir la verdad, admitir la derrota y admitir que,

por más que se nos vaya la vida en ello, el tiempo ya no puede volver atrás.

Domingo 2 de enero del 2011

Y así se fué otro año, cargado de emociones, sensaciones, recuerdos, pensamientos; lo mismo que todos los fines de años anteriores, por lo menos en mi caso.

El día 31 de diciembre del 2010, me levanté con

ganas de terminar bien el año, me dije a mi mismo "basta de terminarlo mal, alcoholizado por quien

sabe que razón y llorando como si se me hubiese muerto alguien, hay que cambiar de actitud" y sí, me lo creí.

Es por eso que empecé a ordenar con música que

podría levantarle el ánimo a cualquiera y, por alguna extraña razón, no solo me ponía de buen humor, sino que marcaba el quiebre de una rutina absolutamente patética que, año tras año, repetía sin más.
Así pasó el día, y minuto a minuto se iba acercando "el gran momento", donde le diríamos chau a un año y daríamos la bienvenida a otro, deseando que sea mejor que el año saliente. Lo extraño de todo esto es que 10 minutos antes de las 00:00 del primero de enero, me sentí extrañamente raro: de repente apareció en mi un sentimiento de vacío, un nudo en la garganta, un desconsuelo por quien sabe qué razón. Sí, 10 minutos antes caí.
Me acosté y me quedé dormido, más allá de que mi madre me despertó 2 minutos antes del brindis.
No entiendo, parece que es en vano el esfuerzo que hago por estar bien y juro que lo intento, lo intento con ganas... pero no.
No sé si será por costumbre o por caer en la negación y no aceptar que no solo había motivos, sensaciones y recuerdos que me mataban en silencio, sino que los ignoraba; intentando mentirme y decirme "esta es la mejor noche de tu vida".
No sé que pasará la próxima vez, supongo que tengo 363 días para, no solo mejorar mi vida, sino hacer algo por mi y por mi salud emocional. Esa es mi meta: Vivir y encontrarme en el camino.